(Argísela....!)
che farò senza Euridice
Glück
El río ensangrentado por Hespérides se arrastra mudo,
Doliente,
Y aunque intenta hablar en cada roca de su piel
Sólo se queja y pasa
Estático, rugoso;
Las ramas invernales se esfuman infinitas como garras en el cielo,
Arañan mi alma,
Es el sepulcro del sol más loco y cruel,
El Este es más vacía que nunca obscura escena,
Y en la punta
De una falsa Noche, fría y blanca,
Con una cicatriz de pájaros sin tiempo,
Desnuda en el azul umbroso,
Quieta, ebúrnea, lapidaria,
Sin alma Ella me mira sin palabras ni ojos,
Cerca y Distante
En la lágrima dormida de tu Ausencia.
miércoles, 6 de junio de 2007
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